3 consejos para facilitar el riego del jardín

El riego es el punto clave para que un jardín crezca bien. De hecho, este paso se considera una verdadera limitación, ¡sobre todo en pleno verano! Durante esta temporada, las plantas necesitan mucha agua. Sin embargo, como esto es extremadamente caro y a veces difícil de aplicar, es esencial encontrar los trucos adecuados para facilitar el riego de su jardín. Aquí tiene tres sencillos consejos para regar su jardín.

Drenar bien el suelo

Para que la tierra esté perfectamente regada, es importante drenarla bien. El hecho es que el suelo puede asentarse de forma natural y volverse más permeable al agua. En este caso, el agua de la lluvia. De ahí la necesidad de mantener la tierra del huerto y de azadonarla regularmente. Además, no olvide eliminar las malas hierbas que perturban el suelo. Para ello, hay que desmenuzar la tierra para favorecer el flujo de agua hacia las raíces. Esta técnica es bastante sencilla de realizar, ya que sólo se necesita una azada. Después, sólo queda raspar 2 centímetros de tierra. Lo mejor es hacerlo al menos una vez a la semana para reducir el riego. Aunque este consejo requiere cierta regularidad, es extremadamente eficaz.

Riego por goteo

El riego por goteo es el método más popular entre los jardineros. Es muy práctico, barato y fácil de instalar. Además, el riego por goteo garantiza que las plantas reciban la cantidad de agua suficiente y regular que necesitan. Para conseguirlo, todo lo que necesita es una botella vacía y una punta de goteo que se enrosca en lugar del tapón. A continuación, se le da la vuelta a la botella y se acopla a la boquilla. Por lo general, este tipo de proceso permite distribuir 20 centilitros de agua o más por hora. Esto es más que suficiente para las plantas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que si se utiliza un equipo profesional, el caudal suele ser ajustable. Sin embargo, para un jardín de aficionados, una simple botella de agua ya es suficiente.

Uso de cuencos de agua

Para los que tienen árboles frutales, es perfectamente posible añadir pequeñas cuencas al pie de los árboles. Para ello, deben enterrarse a cinco centímetros de profundidad. Esta técnica generalmente permite retener el agua y guiarla al lugar adecuado. En este caso, directamente en las raíces.